Al comprar un electrodoméstico, el principal gasto a lo largo del tiempo proviene del consumo de electricidad. Para ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas, se introdujeron clasificaciones de eficiencia energética. En Europa, esto llevó a la creación del Índice de Eficiencia Energética de la UE (EEI), mientras que en Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio desarrolló la etiqueta amarilla de eficiencia energética. Además, la certificación ENERGY STAR se usa ampliamente para indicar productos energéticamente eficientes.
A continuación, se presentan ejemplos de etiquetas de eficiencia energética utilizadas en EE. UU. y Europa.
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Índice de eficiencia energética (EEI) en Europa y EE. UU.
Al comparar las etiquetas de eficiencia energética, el enfoque de EE. UU. se destaca por su simplicidad, ya que traduce directamente el consumo de energía en costos en dólares, lo que facilita a los consumidores estimar los gastos. En contraste, el sistema europeo se basa en el consumo de kilovatios-hora, ya que no existe una moneda unificada en todos los países. Para proporcionar información adicional, las etiquetas europeas también incluyen costos relacionados, como el consumo de agua en lavadoras, la duración del lavado y otros factores.
Sin embargo, en la práctica, estos cálculos son bastante aproximados y no siempre reflejan los costos reales. Aquí hay algunos ejemplos:
- Televisores: el consumo de energía se basa en 3 a 4 horas de visualización diaria con ajustes medios de brillo y contraste. Sin embargo, el modo HDR puede aumentar el consumo de energía hasta en un 30%, lo que no se considera en estas clasificaciones.
- Lavadoras: no se tienen en cuenta los costos de detergentes y mantenimiento, a pesar de que pueden ser un factor significativo. Algunos modelos utilizan cartuchos especiales de detergente, cuyo costo puede ser decenas de veces mayor que el consumo anual de electricidad del electrodoméstico.
En definitiva, las etiquetas de eficiencia energética proporcionan una estimación aproximada del consumo de energía, lo que puede ser útil para comparar, pero no debe ser el único factor a la hora de elegir un electrodoméstico.